PL
Imponer nuevas contribuciones equivale a "una medida suicida de la economía" porque disminuirá la capacidad de compra de las familias, declaró Alain Bazot, de la Unión Federal de Consumidores-Que Elegir.
La víspera la ministra del Presupuesto, Valérie Pécresse, aseguró que antes de las elecciones presidenciales de abril y mayo se decretará un aumento al Impuesto al Valor Agregado (TVA, por sus siglas en francés) para un grupo de productos importados.
El dinero recaudado servirá, presuntamente, para compensar los recortes presupuestarios en ayudas y subsidios a las familias de bajos ingresos.
Se trata del denominado TVA social que aumentará del 19,6 al 23 por ciento la tasa al consumo de artículos adquiridos en países clasificados como de mano de obra barata.
Francia se sumaría así a una práctica ya aplicada en Alemania y Dinamarca e impuesta a Italia dentro de los planes de ajuste para equilibrar sus finanzas.
La medida cuenta con el apoyo de partidos de derecha y organizaciones patronales y había sido adelantada por el presidente Nicolás Sarkozy en su mensaje de año nuevo, cuando señaló que el financiamiento del modelo social debía cambiarse.
Según el secretario general de Fuerza Obrera, Jean-Claude Mailly, cualquiera que fuese el pretexto del gobierno, al final se trata simple y llanamente de un aumento de impuestos dirigido a la población.
Mientras, Pierre Moscovici, director de campaña del candidato presidencial socialista, François Hollande, criticó la medida porque castiga solamente al consumidor y beneficia a las empresas, cuyas aportaciones a la seguridad social no subirán.
Haga click aquí para recibir gratis Argenpress en su correo electrónico.